IMPERMANENCIAS

 IMPERMANENCIAS

Sombra de los 100 días

100 fragmentos de un día


La foto que lo empezó todo


Lente 50mm
f/4.5
1/400 s
ISO 100


Perdí todo, todo en la pc por un virus, todo menos esta foto y algunas mas* que quedaron en la cámara bloqueadas para que no se borren, estas fotos las saco una persona muy especial que conoce mucho de fotografía y en honor a ella decidí trabajar con los mismos parámetros que la foto de origen, sin importar la luminosidad del momento.


"Me di cuenta de que nunca había adquirido el hábito de mirar las cosas con atención, y ahora que me pedían que lo hiciera, los resultados eran muy deficientes. Hasta entonces, yo había tenido tendencia a generalizar, a ver las semejanzas más que las diferencias entre las cosas. Ahora me encontraba arrojado a un mundo de particularidades y el esfuerzo por evocarlas en palabras, por transmitir los datos sensoriales inmediatos, suponía un reto para el que no estaba bien preparado."


En lo permanente de la impermanencia tenemos una continuidad sonora fragmentada, que termina por unir lo estático de la planta con lo dinámico de la cotidianeidad, estática esta otra vez en la repetición de ciclos, pero nunca iguales. Ya que trabajamos en este nivel sobre la unidad "tiempo" me parece pertinente reconocer también las ondas sonoras que acompañan a las ondas luminosas.


"Considerado de la forma adecuada, el esfuerzo de describir las cosas con exactitud era precisamente la clase de disciplina que podía enseñarme lo que más deseaba aprender: humildad, paciencia y rigor. En lugar de hacerlo simplemente para cumplir con una obligación, empecé a considerarlo como un ejercicio espiritual, un método para acostumbrarme a mirar  al mundo como si lo descubriera por primera vez. ¿Qué ves? Y eso que ves, ¿Cómo lo expresarías con palabras? El mundo nos entra por los ojos, pero no adquiere sentido hasta que desciende a nuestra boca. Empecé a apreciar lo grande que era esa distancia, a comprender lo mucho que tenía que viajar una cosa para llegar de un sitio a otro. En términos reales no eran mas que unos centímetros, pero teniendo en cuenta los muchos accidentes y perdidas que podían producirse por el camino, era casi como un viaje de la Tierra a la Luna..."



"...Mis primeros intentos con Effing fueron terriblemente vagos, simples sombras borrosas que cruzaban fugazmente un fondo borroso. Yo había visto todo esto anteriormente, me decía, ¿Cómo podía tener dificultad para describirlo? Un extintor de incendios, un taxi, un chorro de vapor que salía de la acera, eran cosas que me resultaban tremendamente conocidas, me parecía que me las sabía de memoria. Pero eso no tomaba en consideración la mutabilidad de las cosas, la forma en que cambiaban dependiendo de la fuerza y el ángulo de la luz, la forma en que su aspecto quedaba alterado por lo que sucedía a su alrededor: una persona que pasaba por allí, una repentina ráfaga de viento, un reflejo extraño. Todo estaba en un flujo constante, y aunque dos ladrillos de una pared se pareciesen mucho, nunca  se podía afirmar que fuesen idénticos. Más aún, el mismo ladrillo no era nunca realmente el mismo. Se iba desgastando, desmoronándose imperceptiblemente por los efectos de la atmosfera, el frío, el calor, las tormentas que lo atacaban, y si uno pudiera mirarlo a lo largo de los siglos, al final comprobaría que había desaparecido..." 


"...Todo lo inanimado se desintegraba, todo lo viviente moría. Cada vez que pensaba en esto notaba latidos en la cabeza al imaginar los furiosos y acelerados movimientos de las moléculas, las incesantes explosiones de la materia, el hirviente caos oculto bajo la superficie de todas las cosas. Era lo que Effing me había advertido en nuestro primer encuentro: No des nada por sentado."

- Paul Auster (1989) El Palacio de la Luna (pp. 130-132)














A quien corresponda:

Decidí no seguir trabajando el material de cara a la entrega final ya que no pude sentarme a hacerlo de la manera que me gustaría y honestamente estoy muy conforme con el resultado ya logrado, no por una cuestión de no creer que se pueda mejorar, sino por no querer tocar el material sin el mismo cariño que en la primera instancia me convoco, de todas maneras, aun si no puedo hacer expresas las posibles imágenes que surgirían de la continuación de este trabajo créanme que yo las sigo viendo todos los días en sus distintas formas, siempre sorprendiéndome de lo impermanente del espacio fijo y deseando tener la cámara emplazada con su lente de 50mm en ese segundo, antes de continuar con lo cotidiano.     

(Editado 16/11/22)
















*Fotos que se salvaron del virus





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